Si hay una infusión que casi alcance en popularidad al café, esa es la elaborada a partir de yerba mate. Todos sabemos que en Argentina beben té de yerba mate, pero por muy buenos baristas que seamos seguro que desconocemos cómo preparar esta bebida o cuáles son sus propiedades.
¿Te apetece probarla con nosotros? ;)
Yerba mate: cualidades del árbol
La yerba mate es un árbol perenne (Ilex paraguariensis) original de la selva Paranaense. Argentina es el principal país productor, concentrándose las plantaciones en el noreste: concretamente en la provincia de Misiones y en el nordeste de la provincia de Corrientes.
Este árbol puede vivir hasta cien años y en estado silvestre llega a alcanzar una altura de entre 12 y 16 metros. Sus hojas son de color verde oscuro y miden unos 11 centímetros de largo y 5 centímetros de ancho. Con estas hojas (desecadas, ligeramente tostadas y desmenuzadas) se prepara la infusión de yerba mate.
Además pueden estar mezcladas con fragmentos de ramas secas jóvenes, pecíolos y pedúnculos florales. La bebida argentina a la que dedicamos este post y de la que ya no podrás dejar de hablar con tus colegas de profesión es conocida por ser una opción muy saludable y energizante. Estas son algunas de sus propiedades:
- Es rica en minerales como el magnesio y el potasio.
- Tiene un 90% más de antioxidantes que el té verde y un elevado contenido en polifenoles.
- Aporta vitaminas del grupo B como la B1 o la B6.
Una infusión con siglos de historia
Tal y como explica el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) en su página web, a finales del siglo XV, antes de que los europeos llegasen a América, los guaraníes ya consumían las hojas de la yerba mate. Tras triturarlas y tostarlas, o bien las mascaban o bien las infusionaban en el interior de una calabaza (Lagenaria vulgaris) después de hacerle a esta una boca o agujero.
De hecho, aunque internacionalmente se conozca como mate a la infusión preparada con las hojas del Ilex paraguariensis, en realidad el mate es el recipiente donde se toma (la palabra ‘mate’ deriva del término quechua ‘mati’, que significa precisamente calabaza).
Los guaraníes utilizaban asimismo estas calabazas para transportar agua de un punto a otro de la selva y para almacenar granos. Las hojas de yerba mate, consideradas sagradas y un regalo de los dioses, también se usaron inicialmente como moneda de cambio con otros pueblos y como objeto de culto.
Cuando los europeos llegaron a Sudamérica, repararon en que los guaraníes llevaban unas hojas de yerba mate en un saquito de cuero y que la toma de estas podía estar relacionada con la resistencia y fortaleza que mostraban. Así que, rápidamente, los conquistadores quisieron aprender cuáles eran las virtudes de la yerba mate y las difundieron por todo el país.
Con esta divulgación y expansión también tuvieron mucho que ver los jesuítas; estos religiosos introdujeron el cultivo de este árbol en sus comunidades o reducciones, siendo los primeros en hacer germinar sus semillas con un procedimiento secreto que no solo les permitió autoabastecerse sino también comercializar yerba mate en otros lugares. Debido a esto, a esta yerba se la conoce también como yerba de los jesuítas.
La preparación tradicional del té de yerba mate
Aunque hay muchas maneras de hacer una infusión con yerba mate (mate con leche, mate cocido, tereré…), un barista o un aficionado a los tés debe aprender primero a prepararla de forma tradicional.
España está en la lista de los cinco primeros países importadores de yerba mate junto con Siria, Chile, Líbano y Estados Unidos. Es tanta la yerba mate que se exporta a Siria que algunos habitantes de la zona creen incluso que esta infusión es de origen oriental.
Para preparar esta bebida, lo primero que tienes que hacer es escoger un mate: puede ser de calabaza, de vidrio, de madera o de metal. En el mercado lo encontrarás de varios materiales. Aparte de esto necesitarás una bombilla: esa caña o tubito generalmente de metal que se usa para beber la infusión argentina. Una vez tengas el mate y la bombilla, debes seguir las siguientes indicaciones:
- Llena las ¾ partes de tu mate con yerba mate.
- Tapa la boca del mate, dale la vuelta y agita el contenido de su interior. Así, las hojas, los palos y el polvo se mezclarán y conseguiremos una uniformidad. Luego, pon el recipiente en su posición normal pero deja el contenido inclinado, consiguiendo una cavidad en una de las partes de la mezcla.
- Vierte agua caliente (a 50 grados centígrados) sobre esta cavidad para que se humedezca la parte inferior del contenido. Deja que la mezcla repose unos segundos para facilitar que la yerba mate libere sus componentes.
- Ahora es cuando entra en escena la bombilla. Debes introducirla en la parte que está húmeda e inclinarla contra la pared del recipiente. Esta tiene que quedar en una posición firme y segura.
- Tras colocar la bombilla, llega el turno del cebado (por cebar entendemos la acción de agregar agua a la infusión). Hay que añadir pequeñas cantidades de agua a una temperatura de entre 75 y 80 grados centígrados en el punto donde se inserta la bombilla e intentando no mojar la parte superior de la yerba. Repite este paso durante ese ratito que te apetezca disfrutar de un rico té de yerba mate con colegas, amigos o familia.
¿Te has decidido ya por una yerba mate, un mate y una bombilla? Las propiedades de esta bebida son fantásticas y, además, prepararla es muy sencillo cuando uno coge práctica. Eso sí, parece que esta infusión enamora tanto como uno de nuestros cafés: cada argentino consume hasta 6,4 kilogramos de yerba mate al año.
Nuestro consejo es que, según ganes experiencia como maestro del mate argentino, te animes a prepararlo con leche o a aromatizarlo con especias como la vainilla, la canela o el clavo de olor. Algunas personas también le añaden azúcar, miel o mezclan la yerba con un poco de coco rallado para obtener un sabor que, definitivamente, merece la pena experimentar. ¿Cuándo te atreverás tú con este té tan especial? ;)