Como buen amante del café seguro que te has tomado tu tiempo en investigar cuál es la mejor cafetera antes de comprar la que tienes. Y es probable que también tengas un molinillo de café para moler tus propios granos de café arábica y disfrutar de una experiencia multisensorial. Si además eres de los que les gusta tomar su café preferido con leche seguro que alguna vez te has preguntado, ¿cuál es la mejor leche para el café?
Si bien es cierto que más de un purista se llevaría las manos a la cabeza ante esta combinación, la realidad es que son muchos los coffee lovers que agradecen la mezcla de estos sabores. Y es que no sólo consigue suavizar el sabor del café que en ocasiones puede resultar demasiado intenso, sino que también aporta elementos como el calcio o la vitamina D.
Para ser un auténtico experto no solo hay que conocer la tipología de granos, las zonas de producción, la mejor temporada o la caducidad del café. Es importante conocer las combinaciones de este producto y todas sus posibilidades. Puede que no exista algo así como la leche para café perfecta, pero conocer las cualidades de cada una puede ayudarte a encontrar la que mejor se adapta a tus gustos.
Leche de vaca
La de vaca ha sido hasta hace unos años la leche para café más utilizada en todo el mundo. Los diferentes tipos de leche de vaca pueden proporcionar diferentes sabores y texturas al café, convirtiéndola así en una de las más versátiles. De esta manera diferenciamos:
- Leche entera. Es la más pesada y espesa, con más alto contenido en grasa, lactosa y nata. Estas cualidades hacen que aporte al café un sabor más intenso y una cremosidad adicional. Su densidad la convierte en una de las mejores para espumar. Y si alguna vez te has preguntado qué leche usar para un capuccino la respuesta es leche entera de vaca.
- Leche semidesnatada. Es más ligera que la leche entera, pero es lo suficientemente consistente como para conseguir una buena espuma, por lo que se considera la mejor leche para espumar. Además, conserva todas las propiedades de la leche entera, lo que hace que sea la más demandada entre las leches de vaca.
- Leche desnatada. Es la más ligera de todas las variedades porque apenas tiene grasa. Sin embargo, esta pérdida de grasa hace que quede descartada como la leche idónea para un buen café con espuma.
- Leche sin lactosa. Aunque originalmente se desarrolló pensando en los intolerantes a la lactosa actualmente cuenta con muchos consumidores. Esta leche puede encontrarse entera, semidesnatada y desnatada.
Leches vegetales
Cada vez son más los consumidores que optan por las bebidas vegetales para mezclar con su café. Si bien es cierto que en muchas ocasiones se debe a diferentes intolerancias alimentarias, también hay quienes las eligen porque prefieren una alimentación sin productos de origen animal. Y, al igual que ocurre con las leches de origen animal, las vegetales tienen sus particularidades, sobre todo en cuanto al sabor que aportan al café.
- Leche de soja. Es la más consumida y es rica en fósforo, calcio y potasio. Su sabor es considerado como neutro, por lo que no afecta a las cualidades organolépticas del café.
- Leche de avena. Otra de las bebidas vegetales más utilizadas y una de las más apreciadas por los amantes del café porque combina con casi todas las variedades, especialmente con el café arábica. Es una leche con cuerpo, lo que la convierte en la mejor leche para espumar. Además, es digestiva y aporta gran cantidad de aminoácidos, minerales y vitaminas.
- Leche de almendras. Sus cualidades son similares a las de la leche de avena, pero su sabor es ligeramente más amargo, lo que aporta matices al café. Además, la textura que se consigue con ella es ideal para hacer diseños de latte art.
- Leche de coco. Es una de las variedades que más relevancia están teniendo actualmente, no solo por su alto contenido en nutrientes, sino por su cremosidad. Sin embargo, solo es recomendable para los amantes del coco, ya que el sabor sigue presente incluso al mezclarse con el café.
- Leche de arroz. Una de las más valoradas, tanto por sus propiedades digestivas como por su sabor neutro. El único inconveniente es su textura, que resulta demasiado acuosa y hace prácticamente imposible conseguir espuma.
